Hola
Nunca fui muy fan de Van Halen, el grupo de rock.
Les recuerdo más por algo que me contaron en una de las asignaturas de Derecho Civil en la carrera de Derecho, la cláusula Van Halen, y que utilizo como anécdota para defender que el texto vale más que muchas imágenes a la hora de hacer Email Marketing.
Los Van Halen fueron pioneros en los años 70 en la organización de grandes conciertos en pequeñas ciudades. Y cuando digo grandes conciertos me refiero a eventos con miles de personas y un escenario digno de las mejores plazas del mundo.
Esta estrategia les dio la oportunidad de ganar mucho dinero al aumentar considerablemente el número de conciertos que daban y el público sobre el que impactaban. Iban tan justos de tiempo entre concierto y concierto que no les quedó más remedio que delegar el montaje de los escenarios en cada sitio al que iban.
Por experiencia te digo que montar un escenario de las características de los que montaban estos rockeros no es algo que puedas dejar hacer de cualquier manera, así que los contratos de montaje estaban llenos de cláusulas que entraban hasta el más mínimo detalle.
Una de esas cláusulas indicaba que en el backstage tenía que haber una fuente de M&M’s y que, bajo ningún concepto, debía haber M&M’s marrones. El incumplimiento de esta cláusula supondría, de acuerdo con el contrato, la cancelación automática del concierto y aun así cobrarían de forma íntegra el mismo.
Concierto tras concierto, lo primero que hacían los Van Halen al llegar a los conciertos era comprobar si había M&M’s marrones en el dichoso bol. Lo normal es que no hubiera ninguno marrón y el concierto se celebrara.
Hasta que un día llegaron a Pueblo, en el estado de Colorado y… ahí estaban los M&M’s marrones. Los Van Halen entraron, montaron en cólera e hicieron destrozos por valor de 12.000$. El concierto no se celebró y el grupo cobró el 100% del contrato.
¿Capricho de estrella de rock?
Poco después de este incidente, el escenario en el que los Van Halen iban a actuar se desmoronó y el valor total de los destrozos subió otros 80.000$.
Como te comentaba más arriba, el montaje de los escenarios de los Van Halen suponían todo un reto desde el punto de vista de la seguridad y de garantizar que el espectáculo que iban a dar estaba a la altura de la fama de la banda. El contrato especificaba con todo detalle cada uno de los elementos que debían formar parte del escenario hasta el punto de que había más de 500 cláusulas
Obviamente, los Van Halen no tenían tiempo de comprobar concierto tras concierto que las 500 cláusulas se habían leído y tenido en cuenta. Así que lo que hacían para comprobar que se habían seguido las especificaciones era comprobar el bol de los M&M’s. Si se habían tomado la molestia de quitar los M&M’s marrones, es que se había cumplido el contrato.
Desde entonces, se conoce como cláusula Van Halen a aquellas cláusulas disparatadas que se incluyen en los contratos como testigo de que los contratos se leen.
Yo la utilizo para comprobar que la gente sí lee los emails que recibe. Y para saber que quienes leen mis emails son mis suscriptores. El resto son gasto.
También es una pista de por qué deberías limpiar de tu lista a esos suscriptores que no pierden el tiempo en quitar los M&M’s marrones de tu bol.
El resto, cómo mantener la atención de esos suscriptores que sí leen, lo enseño y te lo doy hecho en este enlace:
https://remitentes.com/emails-infinitos
Un abrazo,
Paco Vargas
Email Marketing & Automatización
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