Hola,
Teletrabajo, ecommerce, marketing digital, influencers…
Si te fías un poco de los medios tradicionales, estas son actualmente los principales sinónimos de éxito profesional en este momento.
Si tu trabajo tiene algo que ver con alguna de esas palabras, dicen que la pandemia te vino “bien”.
Eso dicen.
Yo te voy a hablar de mi experiencia. Concretamente, de los dos tipos de emprendedores digitales con los que me he cruzado desde 2020: los que han aumentado su facturación y los que van a echar el cierre.
De los primeros, como te decía antes, ya se ha hablado mucho. El asunto de este email se refiere a los segundos. Esos emprendedores a los que se supone que debería haberles ido mejor y no ha sido así.
Y de los que parece que nadie quiere hablar.
La frase del asunto de este email no es mía. Pero, si te mueves algo por el mundo online, te sorprendería mucho (muchísimo) quién me la dijo.
Me llamó en un último intento desesperado de mantenerse en pie.
“Si esto no funciona, me pongo a echar CVs. Estoy harto”.
¿Y sabes qué? Que conozco otros dos casos como este de “gurús” del mundillo del marketing y el emprendimiento consciente que están en la misma situación.
Alguno era ponente habitual de los grandes eventos del sector, el otro presumía de libertad financiera.
¿Me sorprende? En absoluto. ¿Me indigna? Tampoco. Cada cual es responsable de lo que se quiere creer sobre lo que los demás le cuentan en el postureo habitual que es Internet. ¿Me alegra? En absoluto, pero sí me produce cierto alivio saber que estaba en lo cierto, que detrás del postureo de muchos no había… nada.
Estos son casos extremos. Las crisis no solo tienen las consecuencias lógicas de acabar con los competidores más débiles.
Las crisis también acaban con los falsos valores y los menos comprometidos.
Vender es ayudar. Para mí es un principio. Y tiene una condición básica: que realmente puedas ayudar.
No solo caen los principios en esta crisis, sino también las máscaras.
Si mi conocimiento puede ayudar a la gente, ¿por qué voy a dejar de venderlo?
Si es así, dejar de vender es irresponsable e insolidario. Regalar solo genera compromiso en el que regala. No hay sacrificio ni motivación por la otra parte para aceptar el regalo.
Vender implica que hay que comprar. Y comprar es decidir, sacrificar y arriesgar.
Es como eso que antes se decía mucho de “no les des el pez, enséñales a pescar”.
Un abrazo,
Paco Vargas
Email Marketing & Automatización
PD. Por cierto, salvamos el match ball de la llamada a la que hacía referencia al comienzo de este email.
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