Hola
La mejor carta de ventas que he visto nunca no estaba en Internet. Ni siquiera estaba escrita.
Desde que la vi (y fui víctima de sus artes persuasivas), aspiro a que cada email que escribo, cada página de ventas que redacto, se parezcan a esa maravilla.
¿Cómo es posible que un carrito de postres caseros albergue tanto conocimiento de marketing?
He aquí la historia.
Noja, verano de 2007. Mi amigo Iván y yo estábamos de turismo por el norte de España.
Para nosotros, turismo por el norte de España es sinónimo de turismo gastronómico.
No somos ningunos expertos. Basamos nuestras decisiones culinarias en dos premisas que nunca nos han fallado. En el interior se pide carne y en la costa, marisco.
Como estábamos en la costa, tocaba marisco.
Y no era día de hacer rehenes. Vamos, que no somos de reservarnos para el postre.
Hasta que apareció el carrito.
Un carrito lleno de postres caseros. Con una pinta extraordinaria.
El propio carrito era la carta de postres. Cada vez que alguien pedía la carta, aparecía la camarera con el carrito.
Del carrito colgaba un cartel para el resto de la sala: “No se vaya sin probar los postres del carrito”.
Y postre del carrito para arriba, postre del carrito para abajo… Sufriendo cada vez que la mano de la camarera se acercaba al que yo ya tenía echado el guante.
“¿Desean tomar postre?”. ¿Pero qué pregunta es esa? ¡Trae ya el carrito!
La mejor carta de ventas: autoridad, prueba social… todo ello acompañado de una extraordinaria campaña.
No vi a nadie quejarse de las repetidas apariciones de los postres del carrito. Tampoco vi una mesa que no tuviera al menos un postre.
Tampoco me imagino al dueño del restaurante pensando en si el carrito molestaría con su presencia a sus clientes.
Aquí hemos venido a vender. Y antes enseñamos el producto.
Y no hace falta ser un reputado pastelero para aprender a aplicarlo a tu negocio. Tampoco que inviertas en marisco o en comprarte un carrito.
Es mucho más fácil y accesible.
Un abrazo,
Paco Vargas
Email Marketing & Automatización
PD. El enlace de arriba funciona en la costa y en el interior.
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